El maestro artesano y promotor cultural Joaquín Alberto Vásquez Sánchez, originario de la Heroica Ciudad de Santa María Asunción Tlaxiaco, Oaxaca, México, ha dedicado su vida a preservar y difundir el arte popular de su región. Su trayectoria comenzó a muy temprana edad, cuando se inició en el teñido de lana y la elaboración de colchas, sarapes, tapetes y cotones. Utilizando materias primas naturales, crea paisajes y símbolos prehispánicos con una policromía única.
Posteriormente, continuando con la herencia familiar, se adentró en la elaboración de figuras religiosas y milagros, así como en los famosos "soldaditos de plomo" (actualmente en antimonio). Estas figuras, elaboradas con técnicas ancestrales a base de moldes de piedra, vienen en diversos tamaños, colores y formas: planos, semiplanos y de bulto, de caballería e infantería. Representan personajes de la historia de México, épocas prehispánicas, grupos étnicos, animales, instrumentos musicales y juguetes en miniatura. Cada pieza es única y posee una vida propia.
Con el tiempo, evolucionó de la figura solitaria a la dinámica escenografía con maquetas, lo que le ha valido importantes reconocimientos nacionales e internacionales. Sin embargo, el mejor reconocimiento es la apreciación del público hacia su trabajo, al que siempre procura hasta el mínimo detalle.
Como artista popular, ha sido merecedor de grandes reconocimientos. Ha sido embajador de la cultura oaxaqueña, agradecido por la deferencia hacia su trabajo, expuesto en espacios gratuitos y abiertos, así como en museos, galerías, oficinas gubernamentales, Casas de Cultura y colecciones privadas. "Siempre agradeceré el valor cultural que dan a mis piezas y de esa manera hacer un tributo a mis orígenes", afirma.
En el año 2005, elaboró 150 piezas de grupos étnicos de la República Mexicana, que se exhiben permanentemente en el Museo del Campo, en la Universidad de Chapingo, Texcoco, Estado de México. Estas obras, con sus atuendos típicos, destacan cada detalle que los distingue entre sí.
Sus colecciones han sido compradas para ser exhibidas en museos de Francia, Brasil, Cuba y otras ciudades de Latinoamérica. También ha donado múltiples piezas de su autoría a museos en México, como el Museo de Arte Popular María Teresa Pomar, de la Universidad de Colima, al que donó alrededor de 500 piezas y 20 moldes de piedra, para que la tradición y ese proceso no se pierdan y se difundan a las futuras generaciones.
Ha sido distinguido con importantes premios nacionales y reconocimientos, entre los cuales se destacan:
Premio Nacional de la Juventud en el rubro de Artes y Tradiciones Populares (1987).
Reconocimientos otorgados por la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, por ilustrar páginas de los libros de texto de 1º, 4º y 5º grado con varias de sus piezas.
Participación en el libro "Grandes Maestros del Arte Popular de Oaxaca", organizado por el gobierno del estado de Oaxaca, la Fundación Harp Helú, Fundación Cultural Banamex y Conaculta (2011).
Su dedicación al arte popular no solo busca preservar las tradiciones, sino también celebrarlas y compartirlas con el mundo, asegurando que futuras generaciones continúen apreciando y valorando la rica herencia cultural de Oaxaca.
“Fundir el metal y darles vida a mis piezas a través de la gran gama de colores me traslada a la vida cotidiana, a los paisajes, colores, olores y sabores de mi México”.
Joaquín Alberto Vásquez Sánchez
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